lunes, 2 de agosto de 2010

EN EL ESPEJO


Llegar a ésta casa fría, ver mis flores artificiales, muebles caros y fotografías me hace sentir tan vacía como ella.

Estoy cansada de verme al espejo, me recuerda lo hermosa y joven que fui, mi presente solo realza la fealdad y vejez.

Vivo sola, no tuve hijos, mis padres murieron hace más de doce años en un accidente en carretera y mi pareja me dejó hace cuatro años.

Es difícil quitarme éste maquillaje, y no lo digo porque se adhiere a la piel, sino por ser mi escudo que uso en la guerra de cada mañana. Por las tardes cuando llego aquí frente al espejo, comienzo por los ojos y me doy cuenta que son menos profundos, que los párpados mueren por cerrarse y por las mañanas amanecen tan hinchados que me estorban para ver; Luego sigo con mi boca y veo que son uniformes al color de mi piel, cafés, arrugados, desérticos.

Es terrible que la gente me diga lo bien que me veo, que aún soy joven, pero quién de ellos me ha visto aquí en ropa interior, frente al espejo y sin maquillaje, es fácil hablar. (Se aleja del espejo para verse completa).

De noche extraño hacer el amor, sobre todo hoy, a menudo lo pienso desnuda con los ojos bien cerrados y alejada del espejo antes que el maldito me recuerde la consecuencia de la gravedad ( ríe muy fuerte pero con el sollozo en la punta de la lengua, subiendo las manos a sus senos y metiéndose desnuda a la cama).

- Hay Susana, mira como me tienes, soñando despierta con tu piel firme todavía y joven, muy joven.

Mira como te deseo y no estás, escucha mi respiración agitada , mira la humedad ficticia en mis sábanas, el caminar de mis manos buscándote, que profundo sentir, escucha mi respiración agitada, siente el calor, deseo tu beso, escucha mi respiración agitada, escúchala Susana aunque no estés. (Dormida entre sollozos).

Ya despierta miré el reloj y sentí haber dormido toda la noche, solo pasaron veinte minutos.

Saqué del closet la caja donde tenía los recuerdos de Susana, su foto y el vestido rojo que usaba en la fotografía, me la llevé a la cama, abracé el cuadro frío , polvoso y llorando nuevamente dormí.

Suena el reloj, las seis treinta, luego el teléfono, contesto:

- Sí, soy Susana.

2 comentarios:

  1. Felicidades señorita me encanta poder descansar y ponerme a leer algo que tu escribiste, te deseo una vida llena de exitos, logros y grandes libros,


    Tu prima que te quiere y siempre esta pendiente de ti.


    Vanessa

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  2. Hola,me llamó la atención tu narrativa,distinta,cruel,verdadera.
    Te felicito amiga .
    A veces yo también me seduzco
    en gritos auyidos de poesía.

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