domingo, 28 de febrero de 2010

La muerte improvisada

Una mujer no puede mirar de esa manera, tal vez las putas, tu no.

Esas fueron las últimas palabras que Martina oyó en boca de su padre, luego lo asesinó.

Todos en el pueblo se preparaban para las festividades del día de muertos, la comida, las flores de cempasúchil, algunas niñas con disfraz de catrina y unos cuantos agregando a esta fiesta el Halloween con calabazas, disfraces de vampiros y brujas.

Martina sólo tenía una cosa en mente: Mauricio, quien regresaría de Canadá y a quien estaba decidida a declarar su amor.

En el panteón estaba enterrada la madre de Mauricio, es por eso que regresaba cada año a visitarla.

Los hombres del pueblo tenían en común el mismo pasatiempo, la cantina y esa noche el primer día de noviembre Don Germán bebía cerveza como agua, cada una representaba el puño de tierra que sepultó a su esposa Verónica, cuanta tristeza y coraje lo invadía, pensaba en lo difícil que ha sido educar solo a una mujer.

Esa Madrugada Mauricio llegaba al pueblo y tenía tantas ansias de volver a sus raíces que salió a dar un paseo, al ver la cantina decidió entrar y empezar a celebrar su llegada.

—Tío Benja soy yo Mauricio, que no me reconoce
—Dios bendito venga pa darle un abrazo pos yo creía que llegaba mañana
—Si tío pero quise llegar antes para limpiarle la tumba a mí madre que en paz descanse.
—Échate un juego de dominó con nosotros mijo, ándele
—Pues a ver si me acuerdo.

La suerte de Mauricio estaba viento en popa, se emocionó tanto que
propuso apostar, así fue, billete tras billete, cerveza tras cerveza y Don Germán
quien estaba en el grupo de jugadores, perdía cada peso de su además pobre
bolsillo, el coraje se apoderó de él, que miserable se sentía éste hombre pues al día siguiente era el cumpleaños de Martina y le compraría un pastel que comerían en la tumba de Verónica para sentirse en familia, como siempre decepcionaría a su hija por culpa del alcohol. Al cerrar la cantina siguió a Mauricio, cuado su tío por fin lo dejó solo, Germán tocó a su puerta y se humilló como un hombre jamás debe hacerlo, lloró para que le regresara el dinero y le explicó del cumpleaños de su hija, Mauricio no tuvo compasión alguna de ese viejo borracho y como tal quiso cerrarle la puerta, ya sin remedio, Germán se abalanzó sobre ella para impedir la acción y entonces pasó lo inesperado: Mauricio cayó de tajo al piso, Germán se asustó muchísimo pero ya alcoholizado y nervioso no pudo evitar robar su dinero, tomó únicamente lo que le pertenecía y corrió asustado a la casa donde Martina se probaba un lindo vestido, se maquillaba las mejillas y los labios.

— ¿Qué te pasó papá? ¿Por que vienes así y a ésta hora?
—Hija tienes que ayudarme, mañana si algo preguntan debes decir que llegué a las tres de la mañana
— ¿Por qué me dices eso? ¿Qué te hicieron? ¿Qué hiciste? ¿Qué te pasó?
—Ya cállate hija y prométeme que dirás eso, hazlo por los dos, por ti, ya no puedo decirte más.
—Pero mírate si estás temblando y más pálido que un muerto, ya dime por favor papá ¿qué te pasó?
—Te diré pero prométeme por la tumba de tu madre no decirle a nadie
—Ya dime ¿quieres?
—Esta noche maté a un hombre—Luego de confesar su crimen soltó en llanto y sus siguientes palabras fueron difíciles de entender debido al quiebre de su voz desesperada—Yo no quería fue un accidente, él me ganó todo el dinero que tenía para tu cumpleaños, fui a recuperarlo pero lo golpeé accidentalmente en la cabeza, quizá te acuerdes de él, es el sobrino de Benja, Mauricio.

Bastante asombro tenia ya Martina de saber que su padre había matado a alguien y más aún enterarse que la víctima era el dueño de su amor, la hizo rabiar, furiosa maldijo a su padre, este sorprendido y nervioso no pudo ni mirarla a la cara, ella gritaba olvidando la pena de aquel hombre, sólo pensaba en Mauricio, entonces fue desconcertada a la cocina, tomó un cuchillo y lo escondió en su espalda, el padre levantó la cara, la observó maquillada hasta el tope, con ese atuendo, viendo como su niña le perdía el respeto y le dijo :

—Una mujer no puede mirar de esa manera, tal vez las putas, tú no—y sin pensarlo dos veces ella sacó el cuchillo y apuñaló a su padre, luego de verlo ahí, desangrándose, la locura la invadió, un grito desgarrador se oyó en el pueblo y Martina una y otra vez hasta quedarse sin fuerza, se apuñaló ella misma, gran tragedia ocurrió ese dos de noviembre.
Los vecinos se impactaron por la triste noticia de aquella familia, ¿Qué pasó esa noche? nadie lo sabía, menos que Germán era borracho pero no un mal hombre y Martina era una jovencita de lo mas dulce, decían en el velorio.
—Nadie se salva de la muerte ella no se pregunta por qué, así nomás se los lleva.
—Así es vecina y cuando no sabe a quién llevarse, hasta improvisa.
—Pobre Don Germán me dio un buen golpe en la cabeza, hasta me desmayó pero no le desearía nunca la muerte, ni le iba a cobrar su dinero y su hija, pobre también, que tragedia y además ,era bonita.

6 comentarios:

  1. Muy buen fragmento!!...felicidades, em gusta mucho como escribes. Suerte!!

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  2. Muy buen cuento, me gustan mucho los finales inesperados con ese tinte de excelente humor negro que te caracteriza...

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  3. Aurora y Héctor muchísimas gracias por su apoyo espero lo que venga también siga siendo de su agrado, un gran abrazo.

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  4. exelente me gusta que exista gente con talento para hacer las cosas. gracias espero algun dia poder plasmar tus ieas en un cortometraje

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  5. niña, gracias por compartir sus creaciones, talento le sobra, imaginacion no le falta, plasmar y dejar volar los pensamientos que a veces parecieran silenciosos y sin embargo nos hacen ruido dentro de nuestras mentes como queriendo salir corriendo, buenisimo todo lo escrito, me encanto, siga adelante, felicidades.
    le mando un abrazote.

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  6. Y si los grills saben de tus palabras...
    Que sigan cantando...

    Luis Urreta...

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