Y el otoño llegó de imprevisto,
Mientras tu falda soñaba con vestir de monja
Yo soñaba que tu religión era el sexo.
Tuve frío y calor,
Mi cama estaba
confundida entre ventilador y sabana.
De igual manera, no te apiadaste, seguías fría
Ignorando a la lluvia que nos hacía el paro
Poniendo ambiente romántico y todo.
Y viendo tele, pasaron las horas, las gotas, la noche
Y fui perdiendo la fe,
Mientras mi deseo por ti,
Fue cambiando hacia
un sartén azul
Que me haría un tanto delgado y sofisticado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario