martes, 4 de mayo de 2010

EL CRUJIR DE MI GALLETA


Muchas veces tuve miedo, sobre todo cuando despertaba a media noche y el único ruido en la casa era ese “tic tac” antiguo de la sala.

Cuando mi abuelita me acompañaba a la cama para darme las buenas noches, le pedía que al menos dejara un poco abierta la puerta, así no me sentía sola.

Me gustaba ver hacia la ventana que tenia del lado derecho de mi cama, me encantaba ver la luna; Esa noche la luna estaba incompleta. Cerré los ojos y dormite.

El miedo llegó horas mas tarde, luego de percatarme de ese espeluznante ruido, algo se escondía bajo mi cama, podía sentir su respiración, un crujido, al principio pensé en un fantasma que quizá había venido a asustarme con sus falsas cadenas, o una calavera graciosa a la que el crujir estruendoso pertenecía a sus débiles huesos, recapacite, ―¿será en un ratón? ―, ―¿Un conejo?―así que tome el valor suficiente para asomar mi cabeza desde arriba de la cama, estaba muy oscuro, pero algo estaba ahí,y el crujir fue mas fuerte y el miedo se apodero nuevamente de mí, de un brinco volví y me tapé hasta la cabeza, ―¡abuelita!― Grité ―hay algo en mi cuarto―.

Mi abuelita llegó casi de inmediato porque aún no se quitaba su aparato auditivo, prendió la luz y buscó en todas partes, no había nada, pero yo estaba segura de haber visto y escuchado algo, ―no fue un sueño en verdad abuelita―, me dio un beso en la frente, un abrazo y me dijo: ―buenas noches Vero fue un sueño no te preocupes, dejaré la puerta un poco abierta―.

Mi agradecimiento fue dudoso pues aún tenia miedo, me tapé hasta la barbilla tratando de buscar un silencio estable o un buen ruido para salir corriendo pero nada, el sueño me venció y quedé dormida.

A mitad de la noche el crujir insistente me despertó, mi plato de galletas seguía en su lugar ¿qué era entonces? y fui tras ese animal que vivía bajo mi cama, sin miedo entre ahí abajo y la vi, era una niñita de ojos tristes y pequeños, despeinada, flaquita y con mucho miedo, ¿ donde pudo esconderse cuando la busco mi abuelita ?.

La convencí de salir y jugamos toda la noche, a veces la observaba inquieta pues nunca había visto una niña como ella, sus ojos chiquitos eran demasiado profundos y su piel, su escasa piel era una capa casi transparente que cubría su esqueleto. Comenzamos a platicar, su nombre lo había olvidado pero recordaba que por alguna razón le decían : trapitos. Reímos de nuevo por su apodo gracioso que hacían juego con su vestido arapiento y sucio.

A la mañana siguiente lo primero que hice fue buscar a trapitos bajo mi cama pero ya no estaba, fui a buscar a mi abuelita para preguntarle por ella pero incrédula solo me afirmó que mi imaginación era mucha.

En la escuela solo pude pensar en trapitos y en sus ojitos vacíos, el tiempo paso tan lento pues no podía esperar a la noche.

Fui como siempre por mi vaso de leche y galletas para antes de acostarme, espere el beso de buenas noches que a mi abuelita no podía faltarle y espere ansiosa a trapitos.
Entonces su mano comenzó a salir por debajo de mi cama y ahí estaba acostada a un lado derecho de mi, bajo la ventana. Trapitos me dio un fuerte abrazo, el abrazo mas frío que alguien me ha dado y cálido como el de una mejor amiga, nunca había tenido una mejor amiga, bueno nunca había tenido una amiga tan sincera y real.

Tomé una galleta y la comí, le ofrecí una a trapitos quien tristemente no acepto. Supuse que no tenía hambre pero entonces comenzó a llorar.¿ Que dije?- pensé-
Pero entonces se sentó en el piso y me contó la historia más triste y escalofriante que haya oído.

Trapitos era una niñita que vivía con su familia, eran muy felices, hasta que un día su papá recibió una mejor oferta de trabajo y se fue como marinero a navegar por el mundo:

Mi mamá y yo nos quedamos a esperarlo ansiosas cada mes y el volvía con muchos regalos siempre, una noche me contó una historia : durante una fuerte tormenta todos los tripulantes no podían controlar el barco, algunos los golpeó tan fuerte las olas que quedaron desmayados, mi papá como pudo los puso a salvo,y salio a enfrentar al furioso Poseidón Rey del mar, cuando salió ya solo estaba el, los demas habian caído al agua, de pronto el barco ya un poco de lado comenzó a enderezarse y parecía estar flotando por el aire encima del agua, se acercó a la orilla y entonces lo vió , ― ¿Qué vió trapitos ? , era casi indescriptible, sus ojos eran del tamaño de una ventana y su rostro completo del tamaño del barco, era un gigante, si un gigante que con su mano ayudo a mi papá y sacó por completo el barco del agua, mi papá como todo un valiente lo enfrentó, pero este amable gigante le pidió que no se asustara y le aclaró que no era Poseidón, su nombre era Osvaldo. Este gigante pactó con mi papá que lo ayudaría siempre y cuando no dijera nada de su existencia y asi se fueron los dos a navegar juntos trayendo mi papá el mejor pescado del mundo, un día mi papá le contó de mi y le dijo que el único favor que le pedía fué que si por alguna razón el ya no estuviera ayudara a su pequena niña y Osvaldo como ya le tenía aprecio aceptó, asi que me explicó como debía pedirle ayuda al gigante, solo debía escribele un recado en forma de un barquito de papel, lanzalo al mar y el lo leera.

Pasó mucho tiempo de eso, pero una mañana mi mamá y yo nos despedimos de mi padre y no volvimos a verlo, se organizó una busqueda con todos los trabajadores del puerto pero fue inútil, mi madre ya no era la misma, a veces hablaba sola y la gente decía que habia perdido la razon, un día me encerró en este cuarto y me dijo que traería de vuelta a mi papá, yo queria ir con ella, pedirle al gigante Osvaldo nos ayudara pero mi mamá se negó, ella tampoco volvió, yo tenia mucha hambre y sed y sin alimento me fui debilitando lo único que veía era la luna que con el tiempo confundía con una gran galleta de vainilla que algún día el gigante alcanzaría y me traería un trozo, una mordida, pero el tiempo pasó y me volví casi invisible, por las noches sueño con comerme tus galletas y morderlas pero mi cuerpo no puede tocarlas y ni siquiera pueden verme solo tu
―¿ Me estás diciendo que estas muerta trapitos ?― Si, pero no tengas miedo, solo mi cuerpo murió, mi espíritu sigue tristemente vivo y encerrado ―.

Trapitos comenzo a llorar y su imagen se desvanecía poco a poco, no la vi por noches enteras y la tristeza me había invadido también, una mañana de sabado, le pedí a mi abuelita me llevara al mar, cuando llegamos tomé una hoja de papel y le escribí la historia al gigante y le rogué ayudara a mi amiga trapitos.

Como toda noche la esperé acostada en el piso mirando bajo la cama a ver si aparecía, me quede muy dormida cuando de pronto un estruendoso ruido ocurrió, mi cama se movió como si fuera un terremoto, miré a la ventana y la casa estaba despegando del suelo como si algo la levantara, corrí hacia mi abuelita pero no pude abrir su puerta y ella no dejaba de roncar, se había quitado su aparato auditivo y estaba perdida en el silencio, volví a la ventana y lo vi, era un gigante ―¡ Osvaldo ―grite! y trapitos apareció, ― ¿Qué estas diciendo ?― trapitos regresaste ― mira le pedí ayuda al gigante y aquí esta. No podíamos creerlo, trapitos comenzó a tener mas claridad, su piel parecía regenerarse, su cabello hermoso se aclaraba, su vestido se surcía, ―¿A donde vamos trapitos ?―

―A la luna― Dijo el gigante. Subió a un edificio con nuestra casa en la mano y ahí estaba la galleta mas deliciosa del mundo, el gigante le dió una gran mordida y tomo un trozo para trapitos que metió con un dedo por la ventana , tomé mis galletas y ambas comimos hasta saciarnos, luego el gigante caminó por el malecón y se metió al mar, ahí en medio estaba el barco del papá de trapitos quien feliz miraba por la ventana, y su mamá emocionada también con una sonrisa grande, ―son mis papás― gritaba trapitos, así que Osvaldo acercó su mano a la ventana y trapitos trepó en ella y la colocó en el barco con su familia , el barco empezo a desvanecerse mientras con sus manos los tres se despedían, Osvaldo se asomo a la ventana y me dijo, gracias por ayudarla, preocupada le pregunté que pasaría con la luna, me dijo que no me preocupara que algunas veces la muerde a la mitad o un poco mas pero ella siempre vuelve a estar completa, perfecta y brillante.

Del impacto de esa noche me quedé profundamente dormida , cuando desperté la casa estaba colocada exactamente donde mismo y trapitos se habia ido, no intenté contarle a mi abuelita porque sabía que no me creería.

Algunas veces por las noches escucho el crujir de mi galleta pero esta vez si viene trapitos a comer alguna de ellas conmigo.

6 comentarios:

  1. EXELENTE la creatividad al maximo.
    gracias por deleitarnos con esas aventuras que deverdad nos trasportan al lugar y al momento.
    exelente felicitaciones estaremos esperando mas cosas de esa mente intrepida.

    ResponderEliminar
  2. muy buena muy buena lo que lei seme izo algo vivido
    soy tu amigo salvador

    ResponderEliminar
  3. ola chica mmm no te conozco pero me llamo la atencion tu blog???????? nunka avia checado uno de estos pero me encanto la lectura EL CRUJIR DE MI GALLETA ...
    muy linda por sierto...
    saludos espero note alla molestado pero tenia k decirrte k es hermoxo

    ResponderEliminar
  4. esta muy padre, gracias, por compartirlo, eres muy talentosa y es un honor leerte, buena vibra.

    ResponderEliminar
  5. sin duda alguna este es mi favorito,lo he leido unas 5 veces y lo he transmitido a mis amigos..todos encantados te mandan una felicitaciòn por tan hermoso cuento...Me encanta!!!!
    Bàrbara

    ResponderEliminar